Esos locos bajitos… celestes

No. No es la reconocida canción de Joan Manuel Serrat. Tampoco nos referimos a las categorías juveniles o al baby fútbol. No.

Como alguna vez hicimos con los futbolistas uruguayos más altos en lucir la celeste, en esta ocasión haremos a la inversa y nos centraremos en aquellos que, sin sobrepasar el 1.66 metro, triunfaron con la gloriosa malla tetracampeona en el pecho.

Sin embargo, para este trabajo hay que tener en cuenta que el promedio de estatura creció en la población del mundo occidental durante el transcurso del siglo XX por lo que, si bien bajos, era más probable encontrar jugadores de corta estatura en las primeras décadas de la centuria pasada y aquello no era tan llamativo como después.

De todas formas, nada tiene que ver con esto la calidad de los futbolistas. Es más: la evidencia histórica indica que fueron players de corta o mediana estatura los más grandes de todos los tiempos (Diego Maradona, Pelé, Héctor Scarone, Lionel Messi, Ferenc Puskas, Romario, Garrincha, etc.).

Comenzamos el recorrido pues, de los más “altos” a los más “bajos”…

1.66

Carlos Alberto Aguilera (Montevideo, 21/9/1964)

Crack. Mundialista en México 1986 e Italia 1990, campeón de América en 1983 con tanto decisivo ante Brasil de visitante y goleador de primera (22 anotaciones en 64 partidos con el combinado mayor entre 1982 y 1997), al “Pato” (o “Patito” como le decían en sus inicios) la estatura nunca le jugó en contra. Al revés: se trataba de un gran cabeceador. Después, lo tenía todo: velocidad, técnica y gol. Uno de los grandes… valga el juego de palabras.

1.66

Nicolás Olivera (Montevideo, 30/5/1978)

Vicecampeón mundial Sub 20 en Malasia 1997 y mejor jugador de la Copa, “Nico” disfrutó de una larga y fructífera carrera. A la Celeste mayor la defendió en 28 encuentros con ocho goles entre 1997 y 2006. Talentoso mediapunta o delantero, Olivera se lució en la Copa Confederaciones 1997 y viajó al Mundial de Corea Japón 2002 aunque no alcanzó a jugar (de todas formas, fue pieza clave en las Eliminatorias).

1.66

Sebastián Fernández (Montevideo, 23/5/1985)

Los 14 partidos y dos goles entre 2006 y 2012 no reflejan cabalmente su importancia en el combinado en ese período. Delantero valiente, veloz y de gran despliegue (también notable cabeceador), tuvo participación en el partido de ida del repechaje rumbo a Sudáfrica 2010 en Costa Rica ante el local (1-0) que comenzó a sellar el pasaje al continente africano. En dicha Copa del Mundo actuó ante Francia (0-0) y Países Bajos (2-3). Su gol más recordado fue en un amistoso ante Italia (1-0) en Roma en 2011.

1.66

Lucas Torreira (Fray Bentos, 11/2/1996)

Un “5” que sigue vigente y que encarna lo que podemos denominar la vieja “garra charrúa”: entrega, coraje y hasta trabar con la cabeza. Ya suma 40 partidos con el combinado desde 2018 y disputó dos Copas del Mundo (Rusia y Qatar). Físicamente muy fuerte a pesar de su escasa estatura.

1.66

Brian Lozano (Montevideo, 23/2/1994)

Su notable pegada sirvió para que Uruguay, con tanto suyo, le ganara 1-0 a México en la final y conquistara la medalla dorada de los Juegos Panamericanos de Toronto 2015, torneo en el que también le anotó a Trinidad y Tobago. Si bien no ha logrado repetir con la mayor (ocho juegos desde 2015), nadie puede dudar que su conquista panamericana integra ya la gloriosa historia del seleccionado.

1.65

José Urruzmendi (Montevideo, 25/8/1944)

Clásico wing, veloz, encarador, centreador, “Pepito” fue un fijo en el seleccionado desde 1965 a 1967, donde fue campeón de América en Montevideo siendo titular (señaló tres goles) e integró el plantel en la Copa del Mundo de Inglaterra en 1966. En total, acumuló 21 encuentros y marcó ocho tantos.

1.65

Julio César Morales (Montevideo, 16/2/1945)

Uno de los mayores ídolos de la historia de Nacional, así como uno de sus máximos goleadores, se trataba de un wing que poseía una zurda privilegiada, capaz de marcar goles con todas las variantes imaginables. Con la Celeste disputó el Mundial de México 1970, pero donde realmente fue vital fue en el Mundialito de 1980 donde jugó a gran nivel todos los encuentros incluyendo un gol anotado a Italia (2-0). Sumó 25 partidos y 11 tantos con el combinado entre 1965 y 1981.

1.65

Oscar Zubía (Montevideo, 8/2/1946)

Delantero (puntero) que fue titular en dos partidos de la Copa del Mundo de México 1970 (Israel y Suecia) y que acumuló 15 encuentros y cuatro goles entre 1968 y 1971.De cara a la copa azteca, marcó un importante tanto ante Ecuador (2-0 en Guayaquil) en las Eliminatorias.

1.64

Franco González (Montevideo, 22/6/2004)

“Cepillo” fue pieza fundamental del seleccionado Sub 20 campeón del mundo 2023 en Argentina (le marcó a Inglaterra y Túnez) así como del vicecampeón de América del mismo año. El pequeño mediapunta derrochó calidad y su pique resultó imparable para sus marcadores. Aún sigue escribiendo su propia historia.

1.62

Julio Losada (Montevideo, 16/6/1950)

Puntero izquierdo clásico, jugó en el combinado solamente en 1970 en cinco partidos oficiales, de los cuales dos fueron en México 1970 siendo muy joven. Fue titular en la punta en lugar del lesionado Julio César Morales ante Israel y Suecia.

1.62

José Batista (Colonia, 6/3/1962)

Lateral incansable, “Charly” dejaba la vida en cada pelota y tenía llegada al gol. Disputó el Mundial de México 1986 aunque el recuerdo no es el mejor: en una decisión un tanto exagerada del referee galo Joël Quiniou, fue expulsado ante Escocia a los 56´´ de partido siendo, hasta el día de hoy, el futbolista expulsado más rápidamente en un torneo de estas características. Sumó 14 partidos y un gol con el seleccionado (1984-1993).

Entre 1.60 y 1.66…

Héctor Rodríguez (Paysandú, 25/11/1935)

“Ciengramos” fue un jugador excepcional, ídolo de Nacional. Entreala izquierdo, su calidad era incuestionable y mereció más acción que los nueve partidos (un gol) que disputó con la Celeste entre 1957 y 1960. De haber clasificado Uruguay a la Copa del Mundo de Suecia 1958, hubiese sido titular indiscutido.

Raúl Schiaffino (Montevideo, 7/12/1923)

Los hermanos Juan Alberto (izquierda) y Raúl (derecha) posan junto al “Pollo” Aníbal Tejada (con boina) y Ernesto “Matucho” Fígoli al centro.

Tuvo una carrera muy corta producto de las lesiones, pero con lo que jugó le alcanzó para transformarse en un hombre que pasó a la historia básicamente porque su juego fue lo más parecido a José Piendibene que se vio en nuestras canchas. Por ello se ganó el apodo de “Pequeño maestro” (ambos, además, defendieron a Peñarol). Diminuto centre-forward (a diferencia de “Piendi”, que rozaba el 1.80 metro), era un atacante técnico, con gran habilidad, notable pasador y generador de juego y, además, letal de cara al arco rival. También apodado “Toto”, apenas pudo jugar siete partidos con un gol anotado con la Celeste, participando en la Copa América de Argentina 1946.

Roque Sosa (Montevideo, 2/7/1900)

A duras penas “Roquito” alcanzaba el 1.60 metro, pero su estatura era inversamente proporcional a su calidad. Sosa fue una grata aparición en nuestro fútbol en los años veinte del siglo pasado y aquello le valió su citación para el seleccionado nacional. Fueron solo tres juegos amistosos en 1925. Ya sin el brillo inicial, este entreala o centre-forward de juego técnico continuó maravillando en las canchas orientales hasta entrados los años treinta.

Luis Mata (Uruguay, 1910)

Entreala derecho, desarrolló positiva carrera en Uruguay y Argentina. Con mucho gol, era un atacante de estimables condiciones, lo que le valió participación con el combinado entre 1932 y 1940 (seis encuentros).

Rodolfo Carreras (Uruguay, 1915)

El popular “Hocico” fue un histórico halve de Central que, con su prodigación y despliegue, lució la celeste entre 1935 y 1937, siendo su mayor aporte en la Copa América de Argentina 1937, titular en el partido que los orientales dieron el campanazo y vencieron al dueño de casa 3-2 en el Gasómetro. Acumuló seis duelos charrúas.

Daniel Aguiar

Endemoniado entreala izquierdo de Wanderers, apenas jugó cuatro veces con la malla tetracampeona del mundo en 1935 y 1937. Su corta estatura jamás fue un problema para él porque su juego dependía de sus habilidosas piernas.

AUTOR: PABLO VEROLI

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.