Rumbo al centenario, la génesis que llevó a la disputa de la primera Copa del Mundo de la FIFA

El desenvolvimiento de la vida de Buenos Aires y Montevideo mantiene desde la fundación de ambas ciudades una estrecha relación en todos los ámbitos de la sociedad. El football no estuvo alejado de esa realidad. En el curso de la segunda división del fútbol argentino iniciada en 1919, y a raíz de las competencias con la Asociación Uruguaya de Fútbol (AUF), en noviembre de 1922 la asamblea de clubes de primera división desafilió a dos instituciones. En la noche del día siguiente, el 15, nació la Federación Uruguaya de Football (FUF). La división en las dos orillas platenses coincidió con un proceso llevado adelante por dirigentes europeos, tendiente a sacar a la FIFA del estado de lactancia en que la habían colocado los ingleses desde que tomaron el contralor del organismo en 1906.

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2015: ¡Los Panamericanos se volvieron a pintar de celeste!

Las medallas con los campeones. Uruguay, siempre Uruguay.

La pelota descansa tranquila en el fondo del arco. Un segundo antes, la habían tratado como a ella más le gusta. Brian Lozano la había acariciado con la parte interna de su pie derecho, por afuera de la barrera. Iban 10 minutos de la final contra México y Uruguay ya comenzaba a disfrutar de lo que sería un nuevo título para sus vitrinas.

Aquel 26 de julio de 2015 , devolvió a la celeste al escalón más alto del podio al conseguir el oro en los Juegos Panamericanos de Toronto.

Y claro, el final fue emotivo y como los campeones eran botijas, nadie los paraba. Corrían, saltaban, celebraban con todo tipo de gestos y muecas. Se habían recibido de hombres en la cancha.

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Copa América 2011, el triunfo de la versión vintage de Uruguay

Diego Lugano levanta la Copa. ¡La 15ª era celeste!

La refundación de la selección había tomado cuerpo. La semilla plantada por Óscar Washington Tabárez en 2006, que dio los primeros frutos en el Mundial de Sudáfrica 2010, promovía la reencarnación de la mejor expresión de la historia del fútbol uruguayo en un grupo de jugadores que, definitivamente, volvería a hacer latir a la Celeste en la elite.

Aquella transformación, que durante años había diseñado Tabárez en el anonimato y en la soledad del abandono que tantas veces el fútbol propone a sus protagonistas, había encontrado en el liderazgo anímico y portentoso de Diego Lugano, y el silencioso y futbolístico de Diego Forlán, los motores fuera de borda para generar una nueva época en la selección de la AUF.

Definitivamente el fuego estaba encendido nuevamente.

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1995: Uruguay levantó en casa la Copa América número 14 al ganarle la final al campeón del mundo

23 de julio de 1995. Campeón a América en tres oportunidades con la gloriosa camiseta celeste y doce años después de coronarse por primera vez, Enzo Francescoli en su rol de capitán de Uruguay, besa el trofeo luego de recibirlo de manos del presidente de la Confederación Sudamericana de Fútbol, Dr. Nicolás Leóz.

La década de 1990 no fue complaciente con Uruguay. Fueron más los sinsabores que las alegrías para el fútbol charrúa. Argentina había ganado la Copa América de 1991 y 1993, con lo que había superado en cantidad de conquistas (14) a la Celeste, que a su vez no había concurrido al Mundial de Estados Unidos 1994, consecuencia lógica de lo que fue la crisis desatada por el diferendo entre el director técnico, Luis Cubilla, y los jugadores uruguayos que actuaban con suceso en clubes de Europa: Nelson Gutiérrez, Enzo Francescoli, Ruben Sosa, José Herrera, Daniel Fonseca, Ruben Pereira y Carlos Aguilera.

Superada esa instancia el foco se puso en una sola cosa: ganar la Copa América de 1995, la que se disputaría en Uruguay, lo que significaba además defender el invicto que tenía la celeste por el torneo continental. Para ello se había confiado el comando de la selección nacional a Héctor “Pichón” Núñez.

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MI AMIGO EL “TOTO”

¡Ha fallecido quien fuera el máximo comentarista deportivo de nuestro país! Afirmación ésta que no está teñida por nuestra mutua y profunda amistad de más de medio siglo. Por mi edad, llegué a conocer a muchos colegas relevantes del pasado, en esta noble actividad periodística diversa pero complementaria del clásico relato de fútbol. Acuden a mi memoria figuras como Carlos Reyes Lerena, Luis Víctor Semino, Adolfo Oldoine (OLD), Osvaldo Heber Lorenzo (H.L) y, entre ellos, quien fue el precursor del abogado-periodista deportivo, el siempre admirado Dr. César L. Gallardo. Pero en una objetiva comparación, el “Toto” da Silveira ocupa aquel sitial por su sapiencia insuperable, por la valentía y objetividad de sus juicios, por su memoria prodigiosa; y principalmente, por su inalterada vigencia, extendida sin pausas durante seis largas décadas.

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1916: ¡Uruguay primer campeón de América!

¡Campeones de América por primera vez! Posa Uruguay. Arriba, de izqda. a dcha.: Pascual Somma, Miguel Benincasa, José Piendibene, Cayetano Saporiti, Alfredo Foglino y Manuel Varela. Sentados, en el mismo orden: Juan Delgado, Alfredo Zibechi, Rodolfo Marán, Isabelino Gradín y José Tognola.

El 17 de julio de 1916, Uruguay obtuvo la edición inaugural del Campeonato Sudamericano de Fútbol.

ANTECEDENTE. El histórico evento fue concebido por el uruguayo Héctor Rivadavia Gómez, exdirigente del Montevideo Wanderers y expresidente de la Asociación Uruguaya de Fútbol entre 1907 y 1912, quien, ya desde sus inicios en el ente rector del balompié oriental, manifestó su intención de crear una Confederación Sudamericana y realizar un torneo de selecciones nacionales afiliadas al organismo.

Argentina brindó su apoyo y así, se proyectó el certamen para el año 1916, coincidiendo con el centenario de la independencia de la hermana República, instancia deportiva que también serviría para festejarlo.

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1950: ¡”Maracanazo” y tetracampeonato mundial!

Estratégicamente Uruguay salió a la cancha segundos después que apareció Brasil en el terreno. Una impresionante cohetería estalló. Los celestes posaron cuando la nube de fotógrafos, corrían para registrar la imagen de Brasil, en el momento que los celestes se alineaban para un puñado de reporteros gráficos de Uruguay. En ese momento Tejera –el tercero de pie desde la izquierda-, gritó: “Saquen acá que están los campeones del mundo”, despertando la risa de Julio Pérez y Abate. Arriba, de pie desde la izquierda: Obdulio Varela, Juan López, Eugenio Ramón Tejera, Prof. Romeo Vázquez, Carlos Abate, Schubert Gambetta, Matías González, Roque Máspoli, Víctor Rodríguez Andrade, y Juan Kirschberg (K). Abajo: Mario Álvarez, Alcides Edgardo Ghiggia, Julio Pérez, Oscar Omar Míguez, Juan Alberto Schiaffino, Rubén Morán y Ernesto Matucho Fígoli. El intruso que aparece en la imagen es Armando Islas, periodista jefe de la sección deportes de La Tribuna Popular de Uruguay.

En 1946 en el congreso de Luxemburgo, al reanudar la FIFA su actividad paralizada por la segunda guerra mundial, resolvió otorgar a Brasil la sede del campeonato del mundo para disputarlo en 1949. El atraso en la construcción del estadio de Maracaná llevó a que el torneo se postergara un año.

La organización de la misma resultó singular, un caso único hasta nuestros días: se estableció un sistema de disputa con dos fases, una inicial con cuatro grupos, y otra donde los clasificados de éstos disputarían el torneo, jugando también todos contra todos. La FIFA al principio no estaba de acuerdo.

Ya no se accedía por invitación, como muchos pueden llegar a pensar. Por el volumen de países inscriptos en un comienzo era necesaria la disputa de eliminatorias previas, quizás menos complejas  pero exigidas por la FIFA. Dos grupos se armaron en América del Sur. Uno de ellos lo integraron Uruguay, Paraguay, Perú y Ecuador.  En un principio el cuadrangular se disputaría íntegramente en Montevideo. La otra llave la formaron Argentina, Chile y Bolivia. Clasificaban los dos primeros de cada cuadrangular. Nunca se disputaron. Finalmente Perú, Ecuador y Argentina se retiraron.

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URUGUAY CAMPEON 1987, EN EL “CIRCO ROMANO”

Rojas (Chile), vencido, solo puede ver como el remate de Pablo Bengoechea va rumbo a la red. El bicampeonato de América, cada vez más cerca…

Otra vez, la celeste rompiendo todos los pronósticos, eliminando a Argentina Campeón del Mundo con Maradona en su propia casa, y en la final a Chile, para alzar por vez 13 la Copa América. Uruguayos campeones !!!! La Copa América 1987, como tantas veces, otra vez se tiñó de celeste.

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El “Bocha”

Sus inicios -como el de la mayoría de los futbolistas danubianos- fue en las categorías formativas del club de la franja negra. Donde realizó una buena base, en 1964 arrancó en 5ª división, que era la categoría inferior por aquellos años. Entre 1965 y 1966, alternó en 5ª y 4ª división. Precisamente en este último año, conseguía para Danubio, el primer torneo de una 5ª división, al consagrarse Campeón Invicto del “Preparación”.

Con solo 17 años, sus destacadas actuaciones, posibilitaron la convocatoria en 1967 al plantel principal que dirigíaRafael Milans. También, en esa misma temporada es citado para defender la “celeste” en el Sudamericano Juvenil que se disputó en Paraguay, en el que Uruguay no tuvo un buen desempeño.

Quienes lo vieron jugar afirmar que el “Bocha” como le decían todos, era un “5” bastante completo… pretendiéndose decir “una mezcla interesante de temperamento y técnica”. Defendiendo a la Primera división de Danubio debió experimentar dos momentos diametralmente opuestos. La desazón del descenso de 1969 y la inmensa alegría, por el rápido ascenso al siguiente año, en la mejor campaña danubiana en la divisional “B”, obteniendo el 84% de los puntos.

Integró varios equipos franjeados que practicaban un fútbol de alta calidad, teniendo como compañeros a jugadores de la talla de los argentinos Otto Sesana y Ricardo Palma, así como también, “Rafa” Perrone, Gerardo Rodríguez, Horacio Franco, Juan Ascery, etc.

Fue protagonista fundamental en la primera victoria danubiana por el Campeonato Uruguayo frente a Peñarol por 2 goles a 1, allá por 1971, recibiendo de un matutino los siguientes conceptos: “Fútbol de titanes. Corrió toda la cancha. Gran rendimiento”.

Sus condiciones, lo llevaron nuevamente a la Selección Uruguaya, esta vez a la Mayor, defendiéndola desde 1972 hasta su transferencia al exterior en 1974.

Fue titular en todos los encuentros de la Eliminatoria para el Mundial de Alemania ’74, que Uruguay disputó con Colombia y Ecuador; jugando también un partido en el propio certamen mundialista.

En el año 1974, es transferido a Racing de Avellaneda, jugando para los albicelestes hasta fines de 1975, cuando “salta” al fútbol de México. En la tierra del tequila, vistió las casacas del Atlas, Puebla y Monterrey.

Once años después de su alejamiento, retornó en 1985 como ayudante técnico de Roberto Repetto, ex compañero en Danubio y se consagró nuevamente campeón de 5ª división, en esta oportunidad del Campeonato Uruguayo. Aquel fabuloso equipo que integraban: Moas, el “Pompa”, “Gallina” Da Luz, Ruben Pereira y “Pollilita” Da Silva, entre otros….

Varios años después, otro Cardaccio supo vestir con suceso la “5” danubiana, su hijo Víctor Alberto, quien obtuvo varios torneos en las divisiones juveniles, y que luego se fue a jugar a México.

Cardaccio sinónimo de temperamento y técnica al servicio de la Franja. En enero de 2015, el “Bocha” se fue de este Mundo… pero no lo olvidamos.

19 de junio. El día en que el fútbol oriental conquistó al Imperio Británico.

El fútbol uruguayo tiene tanta gloria que no alcanzan los días del año para enumerarlos. Muchos triunfos destacados coinciden en la misma fecha e incluso,  se repiten ante los mismos rivales en casos puntuales.  Uno de ellos coincide en un día muy especial para nuestro país como lo es el 19 de junio. En esa jornada, en la que se conmemora el Natalicio de José Gervasio Artigas, la selección uruguaya conquistó dos victorias trascendentales ante Escocia e Inglaterra por los mundiales de 1954 y 2014 respectivamente. De esta forma, se puede afirmar que ese día, los orientales se impusieron sobre el imperio británico en las lides de la batalla deportiva. 

Llegaron  a cada rincón del planeta con sus conocimientos, sus avances tecnológicos y sus costumbres.  Los capitales radicados en aquellas frías islas del norte de Europa se expandieron por todo el mundo invirtiendo en diferentes emprendimientos industriales  que  transformaron por completo la vida de las sociedades locales en las cuales se instalaron.  Obreros, ingenieros y gerentes trasladaron a sus nuevos destinos el sudor de sus frentes, el arte de sus manos, el valor de sus ideas y sus fines recreativos como forma de cumplir con sus obligaciones laborales y sobre llevar sus horas libres a miles de kilómetros de sus hogares.

Las peculiares atracciones británicas despertaron la curiosidad de los oriundos de esta tierra y el juego del  football, en desmedro  del rugby y del cricket,  fue incorporado rápidamente como un elemento propio  de aquella sociedad de antaño.  Orientales y británicos se enfrentaron desde un principio existiendo diversos  antecedentes de todo tipo en esta materia.  Desde los espontáneos matches en los baldíos de la Punta de las Carretas entre marineros británicos y criollos auto convocados a  las extraordinarias giras sudamericanas  de los poderosos clubes profesionales ingleses que llegaban a estas latitudes para disputar  partidos amistosos ante los nóveles teams locales.  Sin embargo, a nivel de selecciones y luego de una pronunciada evolución de la organización de las competencias futbolísticas, el combinado uruguayo recién enfrentó  a una selección británica a mediados del siglo pasado.  La estadística oficial de la AUF establece que el  primer partido contra Inglaterra por todo tipo de competencia fue el 31 de mayo de 1953 en el Estadio Centenario. Los vigentes tetracampeones del mundo recibieron a los creadores del balompié y les dieron una clase de perfeccionamiento al superarlos por 2 a 1. Este partido tuvo su revancha al año siguiente cuando ambas selecciones se cruzaron por los cuartos de final del Mundial de Suiza. Los uruguayos volvieron a imponerse al equipo de los tres leones por un contundente 4 a 2. En ese mismo torneo, y exactamente una semana antes del citado partido, los celestes también se enfrentaron por primera vez al otro tradicional combinado británico. Uruguay y Escocia jugaron el 19 de junio y nuestros compatriotas desarrollaron otra lección futbolística magistral. Una victoria de ribetes históricos que se dio en una jornada tan especial para el pueblo uruguayo.  

19 DE JUNIO DE 1954. PRIMERA VICTORIA OFICIAL SOBRE EL IMPERIO CREADOR DEL FÚTBOL

Uruguay arribó a Suiza como defensor de la Copa del Mundo de la FIFA y en calidad de invicto en certámenes mundialistas. Juan López seguía al frente de la conducción técnica del equipo nacional y conformó un combinado, que para muchas voces expertas del momento, era mucho más competitivo que el legendario plantel campeón del mundo de 1950.

El torneo más importante del orbe futbolístico  volvía a disputarse en el viejo continente con la participación de 16 selecciones de Europa, América del Sur, América del Norte y Asia. Los representativos nacionales fueron divididos en cuatro grupos y se seleccionaron, de forma arbitraria, dos cabezas de serie que no jugaban entre sí. Tampoco se enfrentaban  entre ellas las otras 2 selecciones restantes de cada serie.  Por lo tanto, cada equipo terminaba jugando dos partidos por el grupo y no tres encuentros como se hace habitualmente. Uruguay integró el grupo 3 junto a Austria, Checoslovaquia y Escocia pero solo jugó contra los 2 últimos países nombrados. El debut celeste se dio el miércoles 16 de junio frente a Checoslovaquia y culminó con triunfo por 2 a 0 con goles de Óscar Miguez a los 72´ y Juan Alberto Schiaffino a los 81´.  El partido fue sumamente parejo pero los campeones lograron doblegar a su rival con absoluta autoridad. Los celestes salvaron con buena nota aquel  debut y aguardaban por Escocia en el marco de un nuevo aniversario del Natalicio de Artigas.

Titular del diario El País del 20 de junio de 1954. Un triunfo contundente

UN TRIUNFO DE “PURO CUÑO URUGUAYO”

Aquel 19 de junio fue sábado y cada fecha patria se vivía como una verdadera fiesta cívica en el país. Los desfiles institucionales  se replicaban en cada pago del territorio nacional mientras que los alumnos de primer año  de educación media juraban fidelidad al Pabellón Nacional en actos públicos y solemnes. Los escolares  también rendían homenaje a la Bandera yendo a sus respectivas fiestas  con túnicas blancas impolutas y moñas azules bien armadas para la ocasión. Se celebraban los 190 años del nacimiento del Prócer y el tradicional festejo estaba acompañado por la expectativa de la afición ante la segunda presentación uruguaya en Suiza.  Aquel día, los programas de las celebraciones patrióticas tuvieron una pausa al mediodía y todo el mundo procuró estar cerca de un receptor de radio sobre las 12:50 hs. El equipo uruguayo era consciente de su potencial pero su rival de turno le profesaba un profundo respeto por su honda tradición futbolística. No eran tiempos de internet ni de análisis de video y la única instancia concreta para sacar apuntes consistía en el partido de los escoceses ante los austríacos. Sin embargo, ese match  se jugó de forma simultánea con el partido de Uruguay vs Checoslovaquia y las principales referencias para conocer al equipo británico resultaron ser las crónicas periodísticas.

Análisis técnico de las delanteras uruguayas y escocesas. La labor periodística era muy completa y los lectores accedían a una información muy detallada en las páginas de los periódicos. Diario El País.

Uruguay llegó al partido con la tranquilidad de haber salido victorioso en su estreno.  Su rival de turno había caído por 1 a 0 ante Austria y requería una victoria urgente si pretendía avanzar de fase. El torneo había generado una repercusión mayúscula en aquellas latitudes y el Saint Jakob Park de Basilea lucía abarrotado con 34 mil espectadores deseosos de ver a los vigentes campeones del mundo. El kick off se dio unos minutos antes de la hora del té y el encuentro culminó siendo un trago amargo para Escocia. Los británicos fueron superados de principio a fin por los  uruguayos y el tablero de madera indicó un aplastante  7 a 0, Un resultado histórico que representó una de las mayores  goleadas del fútbol sudamericano sobre el europeo en la historia de la Copa del Mundo y la segunda más amplia en la rica estadística uruguaya. Tan solo fue superada por el 8 a 0 sobre Bolivia del 2 de julio de 1950 disputado en Belo Horizonte.                                                                                                                               

Aquella tarde primaveral de  Basilea quedó para el mejor recuerdo. Los punteros celestes le ganaron las espaldas a los marcadores escoceses durante todo el partido  y varios goles fueron gestados de forma muy similar. Carlos Borges abrió el marcador a los 17´ y Óscar Míguez anotó el segundo tanto a la media hora de juego. Ambas anotaciones se pueden definir como verdaderos golazos que fueron producto del exquisito juego colectivo uruguayo y de la alta calidad técnica de los dos delanteros mencionados. El resultado parcial del primer tiempo fue 2 a 0 y el técnico escocés Andy Beattie pretendió dar un revulsivo a sus jugadores. Los británicos salieron entonados a disputar el segundo tiempo y  Máspoli evitó el descuento al atrapar  el balón sobre la línea de gol a los pocos segundos de juego. Esa habilidosa acción del afamado arquero oriental fue determinante para el desenlace del juego. Los uruguayos volvieron a tener la posesión del balón al salir desde el fondo y Carlos Borges anotó el tercer gol a los 47´. Desde ese momento hasta el pitazo final, las incidencias del  partido configuraron un auténtico festín celeste. La delantera uruguaya se divirtió en el área escocesa con furibundos desbordes de sus veloces punteros. Julio César Abbadie marcó el cuarto gol a los 54´, Borges anotó su hat trick a los 57´, Míguez facturó su segundo gol en el juego a los 83´ y “El Pardo” cerró el marcador a los 85´ con su segunda conquista personal tras eludir al golero Fred Martin.  El público europeo, al igual que en Colombes y en Ámsterdam, volvía a expresar su admiración al team oriental por otra gran demostración de buen juego.

Captar el momento justo del gol era una de las tareas más complejas del oficio del fotógrafo en aquellos tiempos. Foto: Diario El País.

El resultado produjo una gran alegría en la delegación uruguaya y el sueño de retener el título se potenciaba entre sus integrantes. Uno de los que no pudo esconder su emoción fue el director técnico Juan López. En declaraciones recogidas por Dionisio Alejandro Vera,  enviado del diario El País a Suiza,  el seleccionador nacional dijo que “los muchachos me han dado una gran alegría. No han hecho sino ratificar toda la confianza que en ellos tenía depositada. Cada uno en su puesto cumplió con el trabajo que se le había encomendado y de ese haz de compactas voluntades ha salido  una actuación de conjunto soberbia que ha apabullado a los escoceses”. Y agregó; “este triunfo es de puro cuño uruguayo. Hoy ha relucido la técnica celeste y los aficionados que tuvieron el placer de estar en Basilea han salido convencidos de la capacidad del fútbol nuestro”.  

Óscar Míguez y William Martínez rodean Carlos Borges en señal de reconocimiento al puntero izquierdo. “Lucho fue el goleador celeste en Suiza e integró la oncena ideal del torneo. Foto: Estrellas deportivas, N° 33

Por su parte, una de las grandes figuras de aquella tarde del 19 de junio fue Carlos Borges. “Lucho” anotó un triplete que contribuyó significativamente para culminar integrando  el equipo ideal del certamen.  También conformaron esa destacada oncena sus compañeros Juan Schiaffino y Víctor Rodríguez Andrade. Los uruguayos habían superado a una de las naciones pioneras del fútbol y avanzaban a la siguiente fase. Una semana después, aquellos hidalgos deportistas eliminaron  a los ingleses al vencerlos por 4 a 2 en cuartos de final. La supremacía criolla sobre aquellos europeos era tan grande como la distancia existente entre el Río de la Plata y las Islas Británicas.

Por estos pagos, los festejos por el cumpleaños del Prócer se reanudaron luego del partido con gran algarabía. La fiesta era completa en una patria feliz.

LOS BRITÁNICOS SE RINDEN ANTE EL NUEVO PRÓCER DEL FÚTBOL URUGAYO

La Copa del Mundo volvía a Sudamérica en 2014 en medio de profundas controversias. Un gran porcentaje de la población brasileña manifestaba su disconformidad ante el derroche económico que implicaba la organización del faraónico evento.  Uruguay clasificó al certamen tras ganar el repechaje frente  a Jordania por un resultado global de 5 a 0. Los recuerdos de Sudáfrica estaban intactos en la retina de los aficionados y el “Fantasma del 50” circundaba en el imaginario colectivo de uruguayos y norteños. El proceso Tabárez se encontraba en plena luna de miel con los hinchas a partir de varias actuaciones destacadas de los diferentes seleccionados nacionales. El cuarto puesto en Sudáfrica, ir a dos mundiales seguidos luego de tres décadas, la obtención de la decimoquinta Copa América en 2011, la clasificación a los Juegos Olímpicos de Londres 2012 y las finales del mundo disputadas por la sub 17 en México 2011 y por la sub 20 en Turquía 2013, fueron hechos fundamentales para sellar la reconciliación definitiva entre el equipo nacional y toda la población uruguaya en su conjunto.  La Copa del Mundo volvía a estar muy cerquita en términos geográficos y las reminiscencias del pasado alentaban la ilusión de repetir un segundo “Maracanazo” en tierras cariocas. Asimismo, el auspicioso presente de Edinson Cavani y Luis Suárez en Europa motivaba la ebullición de las gargantas uruguayas para gritar los goles de estos dos grandes delanteros de origen salteño. En el caso específico de Suárez, la actuación de Uruguay en esa Copa del Mundo estuvo determinada  por él desde que comenzó la preparación del equipo hasta el final de su incursión en la competición.

La opinión pública se vio conmovida el 22 de mayo cuando “Lucho” salió en silla de ruedas de la Médica Uruguaya por Avenida Italia. El delantero había sido intervenido quirúrgicamente en su rodilla izquierda y las interrogantes sobre su participación en el máximo evento futbolístico ocuparon las primeras planas de todo el mundo.  Suárez venía de una gran temporada en la Premier League con el Liverpool y las grandes expectativas de la afición estaban colocadas sobre el delantero.  Desde ese día, la selección entrenaba para el mundial mientras Suárez trabajaba de forma ardua con Walter Ferreira para estar en Brasil. Dos desafíos simultáneos que desembocaban en el objetivo común de defender a la gloriosa casaca color cielo.

El sorteo del fixture indicó que Uruguay integrara el grupo D y que su debut se diera el sábado 14 de junio frente a Costa Rica. Uruguay era favorito en la previa y comenzó ganando rápidamente a los 7´ con gol de penal de Cavani. Todo parecía estar bajo control y se presumía que la ausencia de Luis iba a pasar disimulada. Sin embargo, todo salió al revés y el fútbol uruguayo sufrió una de sus peores bofetadas.  Los Ticos, posteriormente considerados como la gran revelación de ese mundial, culminaron venciendo por un contundente 3 a 1.  Esta derrota fue absolutamente inesperada y resultó un golpe muy fuerte a la ilusión.  El rendimiento futbolístico de Uruguay había sido discreto y el fixture indicaba el cruce con Inglaterra. Algo que parecía más difícil sin Suárez.

Tapa del Diario El País del viernes 20 de junio de 2014.

EL LORD CRIOLLO QUE HIZO HISTORIA EL 19 DE JUNIO  

Aquel día fue una tibia jornada de finales de otoño. Era jueves y durante la mañana se habían celebrado los múltiples actos solemnes conmemorativos de los 250 años del Natalicio de José Gervasio Artigas. En el calendario de la selección nacional, se cumplían 60 años de la goleada por 7 a 0 frente a los escoceses en la Copa del Mundo de Suiza. Un dato que pasó absolutamente inadvertido en las vísperas de un nuevo enfrentamiento ante un equipo británico.                   Eran las cuatro de la tarde y el país se detuvo en términos literales. Luis Suárez fue anunciado entre los titulares pero la incertidumbre sobre su rendimiento deportivo estaba presente tras esa repentina operación de meniscos del mes de mayo. A su vez, otra estadística incidía de forma directa en el optimismo de los hinchas con respecto al duro desafío futbolístico. Uruguay llevaba 44 años sin vencer a una  selección europea por la Copa del Mundo tras el inolvidable triunfo ante la URSS por 1 a 0 en México 1970.

El partido era una final para ambos. Los dos combinados nacionales habían perdido en sus respectivos debuts y tenían que ganar para seguir en el torneo.  La base de la selección inglesa pertenecía al Liverpool mientras que la principal figura del equipo de Anfield vestía de color celeste. Los primeros minutos fueron sumamente parejos y los dirigidos por Roy Hodgson casi abrieron el marcador en dos ocasiones. Momentos de zozobra que paralizaron los corazones uruguayos por breves instantes. Las acciones se fueron equiparando en el terreno de juego  y sobre el minuto 38 comenzaba a gestarse el primer acto de la memorable epopeya. La pelota llegó a Cavani sobre el extremo izquierdo del ataque y Edinson levantó un centro perfecto a su compañero de ataque. Suárez le ganó la espalda a Gary Cahill y con un suave toque de cabeza, colocó la pelota sobre el palo derecho de Hart.  El corpulento goalkeeper inglés hizo su máximo esfuerzo pero el mismo resultó inútil para evitar la conversión. El primer grito de gol resonaba bien fuerte en el territorio nacional, en San Pablo y en cada rincón del planeta donde había un uruguayo. Suárez, el goleador de la Premier, el que había sido suspendido por supuestos dichos racistas contra el francés Evra, el que se había operado hace menos de un mes de una de sus rodillas, abría el marcador en la épica jornada.

Primer gol de Suárez. Primer acto de una epopeya única en la historia de los mundiales. Foto: Diario El Pías

El primer tiempo culminó 1 a 0 y se aguardaba una segunda mitad apasionante. Las acciones siguieron siendo sumamente parejas pero el temido empate llegó. Wayne Rooney se metió con absoluta displicencia entre los zagueros  y con un simple toque anotó el gol inglés. 1 a 1 y tan solo faltaban 16 minutos para terminar el encuentro.  Tabárez, fiel a su estilo, no asumió mayores riesgos en el diseño táctico y solo remplazó a Álvaro González por Jorge Fucile. No parecía ser el cambio más adecuado según los requerimientos del partido y de la tabla de posiciones del grupo pero, cada maestro conoce como pueden responder sus alumnos en situaciones extremas.                                                                              Corría la vuelta número 84 del reloj y Muslera efectuó saque de meta que superó el círculo central. Cavani saltó bien alto y con absoluta precisión bajó el balón hacia Suárez con su cabeza. Luis ingresó al área con pelota dominada y  lanzó un tremendo zapatazo que sacudió la red de la valla inglesa. Un potente misil imposible de atajar para Hart y veinte arqueros más. Un golazo como  los que marcaron Borges o de Míguez sesenta años antes frente a los escoceses.

El juez dio por finalizado el partido y la transmisión oficial enfocó a Suárez. El salteño era elevado por sus compañeros como símbolo de victoria.  Cuando bajó de los hombros de uno de ellos, acudió a saludar a Steven Gerard. Rival de turno en esta instancia pero su capitán en los “Reds”. Luego, vendría el partido contra Italia, la supuesta mordida y la insólita sanción por parte de los moralistas de la FIFA. Ese hecho fue crucial en el desenlace de la actuación uruguaya en Brasil. El equipo  no pudo sobrellevar el golpe anímico que representó la expulsión de Suárez de territorio brasileño como si fuera un peligroso delincuente. Uruguay  quedó eliminado el 28 de junio ante Colombia al perder por 2 a 0 en octavos de final.

Aquel 19 de junio de 2014, el pueblo uruguayo culminó el cumpleaños de Artigas con la enorme felicidad de la histórica victoria ante Inglaterra. Sesenta años antes, los orientales también habían festejado un triunfo resonante frente a los escoceses. Cosas peculiares que tienen nuestro fútbol y nuestra patria.  

URUGUAY 7 ESCOCIA O Fecha: 19 de junio de 1954. 16:50 hs local Estadio: Saint Jakob Park, Basilea, Suiza. Jueces: Vincenzo Orlandini (ITA), Paul Wyssling (SUI) y Denilo Guidi (SUI).

URUGUAY: Roque Máspoli, José Santamaría, William Martínez, Víctor Rodríguez Andrade, Obdulio Varela, Luis Cruz, Julio César Abbadie, Javier Ambrois, óscar Míguez, Juan Schiaffino, Carlos Borges. DT: Juan López.

ESCOCIA: Fred Martin, Willie Cunningham, Jock Aird, Tommy Docherty, Jimmy Davidson, Doug Cowie, Johnny Mckenzie, Willie Fernie, Neil Mochan, Allan Brown, Willie Ormond. DT: Andy Beattie.

Goles: Carlos Borges (17´, 47´ y 57´), Óscar Míguez (30´ y 83´) y Julio C. Abbadie (54´ y 85´).

URUGUAY 2 INGLATERRA 1. Fecha: 19 de junio de 2014. 16:00 hs local. Estadio: Arena Corinthians, San Pablo, Brasil. Jueces: Carlso Velasco (ESP), Roberto Alonso (ESP), Juan Yuste (ESP). Cuarto árbitro: Alireza Faghani (IRN). Quinto árbitro: Hassan Kamranifair (IRN).

URUGUAY: Fernando Muslera, Martín Cáceres, José María Giménez, Diego Godín, Álvaro Pereira, Álvaro González (Jorge Fucile 77´), Egidio Arévalo Ríos, Cristian Rodríguez, Nicolás Lodeiro (Cristhian Stuani 66´), Luis Suárez (Sebastián Coates 86´), Edinson Cavani. DT: Óscar W. Tabárez.

INGLATERRA: Joe Hart, Glen Johnson, Gary Cahill, Phil Jagelka, Leighton Baines, Steven Gerard, Jordan Henderson, Raheem Sterling (Ross Barkley 64´), Wayne Rooney, Danny Wellbeck (Adam Lallana 70´), Daniel Sturridge. DT: Roy Hodgson.

Goles: Luis Suárez (38´ y 84´). Wayne Rooney (74´).

Estadística URUGUAY vs ESCOCIA. PG 2, PE 1, PP 1. 10 goles a favor y 4 goles en contra.

Estadística URUGUAY vs INGLATERRA. PG 5, PE 3, PP 3. 15 goles a favor y 11 goles en contra.