El fútbol uruguayo tiene tanta gloria que no alcanzan los días del año para enumerarlos. Muchos triunfos destacados coinciden en la misma fecha e incluso, se repiten ante los mismos rivales en casos puntuales. Uno de ellos coincide en un día muy especial para nuestro país como lo es el 19 de junio. En esa jornada, en la que se conmemora el Natalicio de José Gervasio Artigas, la selección uruguaya conquistó dos victorias trascendentales ante Escocia e Inglaterra por los mundiales de 1954 y 2014 respectivamente. De esta forma, se puede afirmar que ese día, los orientales se impusieron sobre el imperio británico en las lides de la batalla deportiva.
Llegaron a cada rincón del planeta con sus conocimientos, sus avances tecnológicos y sus costumbres. Los capitales radicados en aquellas frías islas del norte de Europa se expandieron por todo el mundo invirtiendo en diferentes emprendimientos industriales que transformaron por completo la vida de las sociedades locales en las cuales se instalaron. Obreros, ingenieros y gerentes trasladaron a sus nuevos destinos el sudor de sus frentes, el arte de sus manos, el valor de sus ideas y sus fines recreativos como forma de cumplir con sus obligaciones laborales y sobre llevar sus horas libres a miles de kilómetros de sus hogares.
Las peculiares atracciones británicas despertaron la curiosidad de los oriundos de esta tierra y el juego del football, en desmedro del rugby y del cricket, fue incorporado rápidamente como un elemento propio de aquella sociedad de antaño. Orientales y británicos se enfrentaron desde un principio existiendo diversos antecedentes de todo tipo en esta materia. Desde los espontáneos matches en los baldíos de la Punta de las Carretas entre marineros británicos y criollos auto convocados a las extraordinarias giras sudamericanas de los poderosos clubes profesionales ingleses que llegaban a estas latitudes para disputar partidos amistosos ante los nóveles teams locales. Sin embargo, a nivel de selecciones y luego de una pronunciada evolución de la organización de las competencias futbolísticas, el combinado uruguayo recién enfrentó a una selección británica a mediados del siglo pasado. La estadística oficial de la AUF establece que el primer partido contra Inglaterra por todo tipo de competencia fue el 31 de mayo de 1953 en el Estadio Centenario. Los vigentes tetracampeones del mundo recibieron a los creadores del balompié y les dieron una clase de perfeccionamiento al superarlos por 2 a 1. Este partido tuvo su revancha al año siguiente cuando ambas selecciones se cruzaron por los cuartos de final del Mundial de Suiza. Los uruguayos volvieron a imponerse al equipo de los tres leones por un contundente 4 a 2. En ese mismo torneo, y exactamente una semana antes del citado partido, los celestes también se enfrentaron por primera vez al otro tradicional combinado británico. Uruguay y Escocia jugaron el 19 de junio y nuestros compatriotas desarrollaron otra lección futbolística magistral. Una victoria de ribetes históricos que se dio en una jornada tan especial para el pueblo uruguayo.
19 DE JUNIO DE 1954. PRIMERA VICTORIA OFICIAL SOBRE EL IMPERIO CREADOR DEL FÚTBOL
Uruguay arribó a Suiza como defensor de la Copa del Mundo de la FIFA y en calidad de invicto en certámenes mundialistas. Juan López seguía al frente de la conducción técnica del equipo nacional y conformó un combinado, que para muchas voces expertas del momento, era mucho más competitivo que el legendario plantel campeón del mundo de 1950.
El torneo más importante del orbe futbolístico volvía a disputarse en el viejo continente con la participación de 16 selecciones de Europa, América del Sur, América del Norte y Asia. Los representativos nacionales fueron divididos en cuatro grupos y se seleccionaron, de forma arbitraria, dos cabezas de serie que no jugaban entre sí. Tampoco se enfrentaban entre ellas las otras 2 selecciones restantes de cada serie. Por lo tanto, cada equipo terminaba jugando dos partidos por el grupo y no tres encuentros como se hace habitualmente. Uruguay integró el grupo 3 junto a Austria, Checoslovaquia y Escocia pero solo jugó contra los 2 últimos países nombrados. El debut celeste se dio el miércoles 16 de junio frente a Checoslovaquia y culminó con triunfo por 2 a 0 con goles de Óscar Miguez a los 72´ y Juan Alberto Schiaffino a los 81´. El partido fue sumamente parejo pero los campeones lograron doblegar a su rival con absoluta autoridad. Los celestes salvaron con buena nota aquel debut y aguardaban por Escocia en el marco de un nuevo aniversario del Natalicio de Artigas.
UN TRIUNFO DE “PURO CUÑO URUGUAYO”
Aquel 19 de junio fue sábado y cada fecha patria se vivía como una verdadera fiesta cívica en el país. Los desfiles institucionales se replicaban en cada pago del territorio nacional mientras que los alumnos de primer año de educación media juraban fidelidad al Pabellón Nacional en actos públicos y solemnes. Los escolares también rendían homenaje a la Bandera yendo a sus respectivas fiestas con túnicas blancas impolutas y moñas azules bien armadas para la ocasión. Se celebraban los 190 años del nacimiento del Prócer y el tradicional festejo estaba acompañado por la expectativa de la afición ante la segunda presentación uruguaya en Suiza. Aquel día, los programas de las celebraciones patrióticas tuvieron una pausa al mediodía y todo el mundo procuró estar cerca de un receptor de radio sobre las 12:50 hs. El equipo uruguayo era consciente de su potencial pero su rival de turno le profesaba un profundo respeto por su honda tradición futbolística. No eran tiempos de internet ni de análisis de video y la única instancia concreta para sacar apuntes consistía en el partido de los escoceses ante los austríacos. Sin embargo, ese match se jugó de forma simultánea con el partido de Uruguay vs Checoslovaquia y las principales referencias para conocer al equipo británico resultaron ser las crónicas periodísticas.
Uruguay llegó al partido con la tranquilidad de haber salido victorioso en su estreno. Su rival de turno había caído por 1 a 0 ante Austria y requería una victoria urgente si pretendía avanzar de fase. El torneo había generado una repercusión mayúscula en aquellas latitudes y el Saint Jakob Park de Basilea lucía abarrotado con 34 mil espectadores deseosos de ver a los vigentes campeones del mundo. El kick off se dio unos minutos antes de la hora del té y el encuentro culminó siendo un trago amargo para Escocia. Los británicos fueron superados de principio a fin por los uruguayos y el tablero de madera indicó un aplastante 7 a 0, Un resultado histórico que representó una de las mayores goleadas del fútbol sudamericano sobre el europeo en la historia de la Copa del Mundo y la segunda más amplia en la rica estadística uruguaya. Tan solo fue superada por el 8 a 0 sobre Bolivia del 2 de julio de 1950 disputado en Belo Horizonte.
Aquella tarde primaveral de Basilea quedó para el mejor recuerdo. Los punteros celestes le ganaron las espaldas a los marcadores escoceses durante todo el partido y varios goles fueron gestados de forma muy similar. Carlos Borges abrió el marcador a los 17´ y Óscar Míguez anotó el segundo tanto a la media hora de juego. Ambas anotaciones se pueden definir como verdaderos golazos que fueron producto del exquisito juego colectivo uruguayo y de la alta calidad técnica de los dos delanteros mencionados. El resultado parcial del primer tiempo fue 2 a 0 y el técnico escocés Andy Beattie pretendió dar un revulsivo a sus jugadores. Los británicos salieron entonados a disputar el segundo tiempo y Máspoli evitó el descuento al atrapar el balón sobre la línea de gol a los pocos segundos de juego. Esa habilidosa acción del afamado arquero oriental fue determinante para el desenlace del juego. Los uruguayos volvieron a tener la posesión del balón al salir desde el fondo y Carlos Borges anotó el tercer gol a los 47´. Desde ese momento hasta el pitazo final, las incidencias del partido configuraron un auténtico festín celeste. La delantera uruguaya se divirtió en el área escocesa con furibundos desbordes de sus veloces punteros. Julio César Abbadie marcó el cuarto gol a los 54´, Borges anotó su hat trick a los 57´, Míguez facturó su segundo gol en el juego a los 83´ y “El Pardo” cerró el marcador a los 85´ con su segunda conquista personal tras eludir al golero Fred Martin. El público europeo, al igual que en Colombes y en Ámsterdam, volvía a expresar su admiración al team oriental por otra gran demostración de buen juego.
El resultado produjo una gran alegría en la delegación uruguaya y el sueño de retener el título se potenciaba entre sus integrantes. Uno de los que no pudo esconder su emoción fue el director técnico Juan López. En declaraciones recogidas por Dionisio Alejandro Vera, enviado del diario El País a Suiza, el seleccionador nacional dijo que “los muchachos me han dado una gran alegría. No han hecho sino ratificar toda la confianza que en ellos tenía depositada. Cada uno en su puesto cumplió con el trabajo que se le había encomendado y de ese haz de compactas voluntades ha salido una actuación de conjunto soberbia que ha apabullado a los escoceses”. Y agregó; “este triunfo es de puro cuño uruguayo. Hoy ha relucido la técnica celeste y los aficionados que tuvieron el placer de estar en Basilea han salido convencidos de la capacidad del fútbol nuestro”.
Por su parte, una de las grandes figuras de aquella tarde del 19 de junio fue Carlos Borges. “Lucho” anotó un triplete que contribuyó significativamente para culminar integrando el equipo ideal del certamen. También conformaron esa destacada oncena sus compañeros Juan Schiaffino y Víctor Rodríguez Andrade. Los uruguayos habían superado a una de las naciones pioneras del fútbol y avanzaban a la siguiente fase. Una semana después, aquellos hidalgos deportistas eliminaron a los ingleses al vencerlos por 4 a 2 en cuartos de final. La supremacía criolla sobre aquellos europeos era tan grande como la distancia existente entre el Río de la Plata y las Islas Británicas.
Por estos pagos, los festejos por el cumpleaños del Prócer se reanudaron luego del partido con gran algarabía. La fiesta era completa en una patria feliz.
LOS BRITÁNICOS SE RINDEN ANTE EL NUEVO PRÓCER DEL FÚTBOL URUGAYO
La Copa del Mundo volvía a Sudamérica en 2014 en medio de profundas controversias. Un gran porcentaje de la población brasileña manifestaba su disconformidad ante el derroche económico que implicaba la organización del faraónico evento. Uruguay clasificó al certamen tras ganar el repechaje frente a Jordania por un resultado global de 5 a 0. Los recuerdos de Sudáfrica estaban intactos en la retina de los aficionados y el “Fantasma del 50” circundaba en el imaginario colectivo de uruguayos y norteños. El proceso Tabárez se encontraba en plena luna de miel con los hinchas a partir de varias actuaciones destacadas de los diferentes seleccionados nacionales. El cuarto puesto en Sudáfrica, ir a dos mundiales seguidos luego de tres décadas, la obtención de la decimoquinta Copa América en 2011, la clasificación a los Juegos Olímpicos de Londres 2012 y las finales del mundo disputadas por la sub 17 en México 2011 y por la sub 20 en Turquía 2013, fueron hechos fundamentales para sellar la reconciliación definitiva entre el equipo nacional y toda la población uruguaya en su conjunto. La Copa del Mundo volvía a estar muy cerquita en términos geográficos y las reminiscencias del pasado alentaban la ilusión de repetir un segundo “Maracanazo” en tierras cariocas. Asimismo, el auspicioso presente de Edinson Cavani y Luis Suárez en Europa motivaba la ebullición de las gargantas uruguayas para gritar los goles de estos dos grandes delanteros de origen salteño. En el caso específico de Suárez, la actuación de Uruguay en esa Copa del Mundo estuvo determinada por él desde que comenzó la preparación del equipo hasta el final de su incursión en la competición.
La opinión pública se vio conmovida el 22 de mayo cuando “Lucho” salió en silla de ruedas de la Médica Uruguaya por Avenida Italia. El delantero había sido intervenido quirúrgicamente en su rodilla izquierda y las interrogantes sobre su participación en el máximo evento futbolístico ocuparon las primeras planas de todo el mundo. Suárez venía de una gran temporada en la Premier League con el Liverpool y las grandes expectativas de la afición estaban colocadas sobre el delantero. Desde ese día, la selección entrenaba para el mundial mientras Suárez trabajaba de forma ardua con Walter Ferreira para estar en Brasil. Dos desafíos simultáneos que desembocaban en el objetivo común de defender a la gloriosa casaca color cielo.
El sorteo del fixture indicó que Uruguay integrara el grupo D y que su debut se diera el sábado 14 de junio frente a Costa Rica. Uruguay era favorito en la previa y comenzó ganando rápidamente a los 7´ con gol de penal de Cavani. Todo parecía estar bajo control y se presumía que la ausencia de Luis iba a pasar disimulada. Sin embargo, todo salió al revés y el fútbol uruguayo sufrió una de sus peores bofetadas. Los Ticos, posteriormente considerados como la gran revelación de ese mundial, culminaron venciendo por un contundente 3 a 1. Esta derrota fue absolutamente inesperada y resultó un golpe muy fuerte a la ilusión. El rendimiento futbolístico de Uruguay había sido discreto y el fixture indicaba el cruce con Inglaterra. Algo que parecía más difícil sin Suárez.
EL LORD CRIOLLO QUE HIZO HISTORIA EL 19 DE JUNIO
Aquel día fue una tibia jornada de finales de otoño. Era jueves y durante la mañana se habían celebrado los múltiples actos solemnes conmemorativos de los 250 años del Natalicio de José Gervasio Artigas. En el calendario de la selección nacional, se cumplían 60 años de la goleada por 7 a 0 frente a los escoceses en la Copa del Mundo de Suiza. Un dato que pasó absolutamente inadvertido en las vísperas de un nuevo enfrentamiento ante un equipo británico. Eran las cuatro de la tarde y el país se detuvo en términos literales. Luis Suárez fue anunciado entre los titulares pero la incertidumbre sobre su rendimiento deportivo estaba presente tras esa repentina operación de meniscos del mes de mayo. A su vez, otra estadística incidía de forma directa en el optimismo de los hinchas con respecto al duro desafío futbolístico. Uruguay llevaba 44 años sin vencer a una selección europea por la Copa del Mundo tras el inolvidable triunfo ante la URSS por 1 a 0 en México 1970.
El partido era una final para ambos. Los dos combinados nacionales habían perdido en sus respectivos debuts y tenían que ganar para seguir en el torneo. La base de la selección inglesa pertenecía al Liverpool mientras que la principal figura del equipo de Anfield vestía de color celeste. Los primeros minutos fueron sumamente parejos y los dirigidos por Roy Hodgson casi abrieron el marcador en dos ocasiones. Momentos de zozobra que paralizaron los corazones uruguayos por breves instantes. Las acciones se fueron equiparando en el terreno de juego y sobre el minuto 38 comenzaba a gestarse el primer acto de la memorable epopeya. La pelota llegó a Cavani sobre el extremo izquierdo del ataque y Edinson levantó un centro perfecto a su compañero de ataque. Suárez le ganó la espalda a Gary Cahill y con un suave toque de cabeza, colocó la pelota sobre el palo derecho de Hart. El corpulento goalkeeper inglés hizo su máximo esfuerzo pero el mismo resultó inútil para evitar la conversión. El primer grito de gol resonaba bien fuerte en el territorio nacional, en San Pablo y en cada rincón del planeta donde había un uruguayo. Suárez, el goleador de la Premier, el que había sido suspendido por supuestos dichos racistas contra el francés Evra, el que se había operado hace menos de un mes de una de sus rodillas, abría el marcador en la épica jornada.
El primer tiempo culminó 1 a 0 y se aguardaba una segunda mitad apasionante. Las acciones siguieron siendo sumamente parejas pero el temido empate llegó. Wayne Rooney se metió con absoluta displicencia entre los zagueros y con un simple toque anotó el gol inglés. 1 a 1 y tan solo faltaban 16 minutos para terminar el encuentro. Tabárez, fiel a su estilo, no asumió mayores riesgos en el diseño táctico y solo remplazó a Álvaro González por Jorge Fucile. No parecía ser el cambio más adecuado según los requerimientos del partido y de la tabla de posiciones del grupo pero, cada maestro conoce como pueden responder sus alumnos en situaciones extremas. Corría la vuelta número 84 del reloj y Muslera efectuó saque de meta que superó el círculo central. Cavani saltó bien alto y con absoluta precisión bajó el balón hacia Suárez con su cabeza. Luis ingresó al área con pelota dominada y lanzó un tremendo zapatazo que sacudió la red de la valla inglesa. Un potente misil imposible de atajar para Hart y veinte arqueros más. Un golazo como los que marcaron Borges o de Míguez sesenta años antes frente a los escoceses.
El juez dio por finalizado el partido y la transmisión oficial enfocó a Suárez. El salteño era elevado por sus compañeros como símbolo de victoria. Cuando bajó de los hombros de uno de ellos, acudió a saludar a Steven Gerard. Rival de turno en esta instancia pero su capitán en los “Reds”. Luego, vendría el partido contra Italia, la supuesta mordida y la insólita sanción por parte de los moralistas de la FIFA. Ese hecho fue crucial en el desenlace de la actuación uruguaya en Brasil. El equipo no pudo sobrellevar el golpe anímico que representó la expulsión de Suárez de territorio brasileño como si fuera un peligroso delincuente. Uruguay quedó eliminado el 28 de junio ante Colombia al perder por 2 a 0 en octavos de final.
Aquel 19 de junio de 2014, el pueblo uruguayo culminó el cumpleaños de Artigas con la enorme felicidad de la histórica victoria ante Inglaterra. Sesenta años antes, los orientales también habían festejado un triunfo resonante frente a los escoceses. Cosas peculiares que tienen nuestro fútbol y nuestra patria.
URUGUAY 7 ESCOCIA O Fecha: 19 de junio de 1954. 16:50 hs local Estadio: Saint Jakob Park, Basilea, Suiza. Jueces: Vincenzo Orlandini (ITA), Paul Wyssling (SUI) y Denilo Guidi (SUI).
URUGUAY: Roque Máspoli, José Santamaría, William Martínez, Víctor Rodríguez Andrade, Obdulio Varela, Luis Cruz, Julio César Abbadie, Javier Ambrois, óscar Míguez, Juan Schiaffino, Carlos Borges. DT: Juan López.
ESCOCIA: Fred Martin, Willie Cunningham, Jock Aird, Tommy Docherty, Jimmy Davidson, Doug Cowie, Johnny Mckenzie, Willie Fernie, Neil Mochan, Allan Brown, Willie Ormond. DT: Andy Beattie.
Goles: Carlos Borges (17´, 47´ y 57´), Óscar Míguez (30´ y 83´) y Julio C. Abbadie (54´ y 85´).
URUGUAY 2 INGLATERRA 1. Fecha: 19 de junio de 2014. 16:00 hs local. Estadio: Arena Corinthians, San Pablo, Brasil. Jueces: Carlso Velasco (ESP), Roberto Alonso (ESP), Juan Yuste (ESP). Cuarto árbitro: Alireza Faghani (IRN). Quinto árbitro: Hassan Kamranifair (IRN).
URUGUAY: Fernando Muslera, Martín Cáceres, José María Giménez, Diego Godín, Álvaro Pereira, Álvaro González (Jorge Fucile 77´), Egidio Arévalo Ríos, Cristian Rodríguez, Nicolás Lodeiro (Cristhian Stuani 66´), Luis Suárez (Sebastián Coates 86´), Edinson Cavani. DT: Óscar W. Tabárez.
INGLATERRA: Joe Hart, Glen Johnson, Gary Cahill, Phil Jagelka, Leighton Baines, Steven Gerard, Jordan Henderson, Raheem Sterling (Ross Barkley 64´), Wayne Rooney, Danny Wellbeck (Adam Lallana 70´), Daniel Sturridge. DT: Roy Hodgson.
Goles: Luis Suárez (38´ y 84´). Wayne Rooney (74´).
Estadística URUGUAY vs ESCOCIA. PG 2, PE 1, PP 1. 10 goles a favor y 4 goles en contra.
Estadística URUGUAY vs INGLATERRA. PG 5, PE 3, PP 3. 15 goles a favor y 11 goles en contra.