Grandes cracks que merecieron mejor suerte con la Celeste

El fútbol uruguayo está plagado de figuras de primer nivel que lograron lucir sus mejores cualidades tanto a nivel de clubes como en la Selección.

Sin embargo, también están aquellos que, siendo brillantes jugadores, no pudieron mostrar como hubiesen deseado la mejor de sus facetas en el combinado nacional.

Las razones son de distinto tipo: falta de oportunidades, poca confianza de los entrenadores o seleccionadores, bajo rendimiento, futbolistas consagrados a los que se les hacía difícil desbancar de sus puestos, lesiones, circunstancias externas, etc.

El repaso, a continuación.

Pablo Terevinto

Caso curioso. Apodado “Cañón 42” por la potencia de sus remates, este centrodelantero o entreala derecho arribó en 1920 a Peñarol procedente de Solferino. En tiendas aurinegras comenzó a marcar muchos goles, siendo “educado” futbolísticamente ni más ni menos que por el fenomenal “Maestro” José Piendibene. Sin embargo, Piendibene era el centrodelantero titular en Peñarol y el seleccionado y, en este último, el puesto de entreala derecho era propiedad de un tal Héctor Scarone. Solamente un delantero “rompedor” cambiaría la historia y ese sería Pedro Petrone. Para colmo, en 1922 Peñarol y Central fueron “descalificados” por la A.U.F. y allí se terminaron todas las opciones de Terevinto de ser celeste. En definitiva: ni siquiera alcanzó a jugar amistosos del tipo “B” cuando sus goles lo hubiesen merecido, al menos una vez.

Pedro Young

Apareció como un rayo en Peñarol en 1932 y, de la nada, causó sensación. No era Petrone, ¡pero cómo lo pegaba! ¡Y los goles qué hacía! Tantos, que el hombre nacido en Mercedes, Soriano, marcó el récord de mayor cantidad de tantos anotados en un Campeonato Uruguayo en 1933, cuando se despachó con 33 dianas, una marca que tardó más de 40 años en ser quebrada. En plena etapa de pruebas, cambios y renovación generacional, el “Tigre” era una fija para integrar el seleccionado. Sin embargo, de manera llamativa, no fue así. Decir que apenas disputó un amistoso defendiendo a Uruguay y que ni siquiera completó los 90´, puede sonar inverosímil. Pero así fue. El 5 de febrero de 1933, el combinado cayó goleado 4-1 ante Argentina en Avellaneda y Young comenzó como suplente, ingresando en el complemento en lugar de Conrado Haberli. Poco pudo hacer. Fue debut, medio tiempo y despedida. Siguió convirtiendo goles, aunque no tantos como antes, actuó con suceso en el fútbol argentino, regresó a nuestro país, pero ya nunca volvió a ser tenido en cuenta por los seleccionadores.

Antonio Cataldo

Cataldo, con la rodilla en el césped, se pierde el gol del triunfo en el 2-2 de 1934.

Goleador del Campeonato Uruguayo 1935 y máximo scorer de la historia de Defensor con casi 150 goles, Antonio Cataldo llenó de fútbol las canchas montevideanas durante más de una década. Sin embargo, casi ni contó para los seleccionadores celestes, que apenas lo tuvieron en cuenta para dos amistosos del tipo “B” ante Argentina el 18 de julio de 1934 y el 5 de enero de 1935. En el primero, fue empate 2-2 en el Centenario. No fue la mejor de sus tardes, ya que no estuvo fino de cara al gol, fallando una clara oportunidad para ganar el encuentro. En el segundo, la Celeste se impuso 2-1 también en el Centenario, pero el ariete “tuerto” solo disputó el primer tiempo, siendo relevado por Ángel Bonino en el complemento. ¿Qué pudo hacer? Poco: un débil remate a manos del arquero. No le dio ni siquiera para empezar.

Flavio Pereyra Natero

Arquero de notable trayectoria. Sanducero, surgió de Nacional, defendió a Sud América, pero su cénit lo alcanzó en Peñarol, donde actuó de 1944 a 1952 y obtuvo cuatro títulos locales. El golero que llegó a estar por encima de la consideración del mismísimo Roque Gastón Máspoli por varias temporadas, apenas si sumó dos partidos amistosos vestido de celeste ante Brasil en 1944-en uno de ellos, jugó solo medio encuentro- y un amistoso “B” ante Argentina en 1943. ¿Por qué este valiente guardameta no jugó más? Simple: los prestigiosos y siempre rutilantes Aníbal Paz y Máspoli fueron las opciones principales durante más de una década en el combinado y aquello no cambió incluso si alguno de ellos no actuaba como titular en su club.

Juan Ramón Orlandi

Puntero izquierdo completo, se inició en Bella Vista, pero lo mejor de su carrera lo alcanzó en Nacional entre 1946 y 1952, donde se destacó ampliamente. Además de brindar juego, era goleador (hizo 75 con los tricolores) y por ello debutó de celeste el 4 de abril de 1948 ante Brasil por la Copa Río Branco (1-1), en el Centenario. La huelga paralizaría el fútbol ese año. Para 1950, cuando ya había actuado en dos partidos más por la misma copa ante los norteños, iba a ser una de las fijas en el plantel definitivo que disputaría la Copa del Mundo, pero una lesión lo alejó del torneo. Con Ernesto Vidal como titular y los aportes de Ruben Morán, sus opciones fueron mermando en 1951 y 1952. Posteriormente, se fue a jugar a Italia. Completó apenas tres partidos con Uruguay.

Oscar Chelle

Uno de los grandes jugadores de la historia de Wanderers. Llegó a Montevideo desde Mercedes, Soriano, y permaneció de 1944 a 1954, marcando 104 goles en 163 partidos, transformándose por más de medio siglo en el máximo goleador de la institución. Centrodelantero o entreala, no tuvo, empero, ocasiones de lucirse con la Celeste. Debutó en la Copa América de Ecuador 1947. Se estrenó ante Colombia (2-0), ingresando a los 70´ por José “Loncha” García. Ante Paraguay (2-4), entró por el mismo futbolista a los 74´. Finalmente, jugó apenas 10´ ante Argentina (1-3), reemplazando a Nicolás Falero. El último match oficial fue en 1948 ante Brasil por la Copa Río Branco, sumando dos amistosos más, pero del tipo “B”, en el mismo 1948 y en 1950. Cuatro juegos oficiales en total y dos del tipo “B” para un goleador que mereció mejor suerte.

Ramón Cantou

Sensacional entreala de Rampla Juniors, por años contribuyó a engrandecer la historia de los “Picapiedras”. Pese a ser un espectáculo por sí mismo todos los domingos, apenas si contó para la Selección Uruguaya. En uno de sus grandes momentos, “La Bordadora”-que, en realidad, era el apodo de toda la famosa delantera de Rampla de la época, pero que le terminó quedando a él- disputó sus dos únicos partidos como oriental en plena época de pruebas para el Mundial de Brasil 1950. Fueron dos cotejos ante Chile en abril de 1950 y en condición de visitante. Nunca titular, apenas completó entre ambos duelos 45´. Poco, muy poco como para evaluarlo. Y allí se terminó su aventura charrúa.

Juan Ramón Carrasco

¿Se puede decir que un excelente jugador como Carrasco, que disputó 19 partidos (más otros 14 de categoría “B”) con la Celeste e incluso lo hizo en torneos oficiales, no logró brillar? Sí, pero por una razón: nunca terminó de alcanzar el nivel en la Selección que conquistó en sus mejores épocas en Nacional, River Plate o Racing Club de Argentina. Debutó el 1º de octubre de 1975 con apenas 19 años ante Colombia en el Centenario por la Copa América, de la cual Uruguay quedó rápidamente eliminado. Disputó tres partidos por las Eliminatorias rumbo a Argentina 1978, torneo al que los orientales terminarían faltando de forma insólita. Después, todos fueron amistosos. Si bien no jugó mal (le marcó un golazo de tiro libre a Perú en 1985), de “JR” se esperaba siempre más. Que un futbolista de tanta categoría no haya podido disputar más Copas América o un Mundial o que no haya tenido el reconocimiento que merecía, suena a injusticia. Luego, sí, volvería a unirse a la camiseta color cielo como entrenador entre 2003 y 2004.

Diego Aguirre

Goleador, pero también muy buen jugador. Debutó en Liverpool, donde ascendió a Primera y fue máximo scorer de la Segunda División en 1985 (12 tantos). En 1986 pasó a Peñarol, donde fue campeón uruguayo (1986), campeón de la Copa Libertadores con un gol decisivo (1987) y hasta goleador del torneo local (1989). También jugó en Italia, Grecia, Brasil, Argentina, España… Un futbolista cargado de credenciales. Sin embargo, nunca formó parte de ninguna convocatoria. Como Terevinto, ni siquiera disputó un match clase “B”. Suena poco creíble, más allá de que tendría su revancha como entrenador del combinado oriental Sub 20 en el Sudamericano y el Mundial de 2009.

Marcelo Tejera

Surgió como un espectacular jugador en Defensor en 1989. Muy jovencito, salió campeón uruguayo en 1991 y comenzó su trayectoria en el exterior. Cagliari de Italia, Boca Juniors de Argentina, Logroñés de España, Estudiantes Tecos de México, Southampton de Inglaterra, Millonarios de Colombia y regresos a Defensor así como pasajes por Peñarol, Nacional y Liverpool. Con 18 años debutó en la selección mayor ante México en un amistoso en Veracruz (1-1). Ingresó a los 75´ por William Castro. Recién volvió en 1995, en este caso en la preparación del combinado de Héctor Núñez para la Copa América a jugarse en casa. Disputó cuatro encuentros “A” y otros tres “B”, pero mayormente ingresando desde el banco de suplentes y actuando pocos minutos. De esa forma, quedó fuera del plantel definitivo del campeón. Su último partido fue el 17 de agosto de 2005 ante España en Gijón, en un amistoso que ganaron los dueños de casa 2-0. Ingresó a los 65´. En total, fueron seis duelos oficiales más tres del tipo “B”.

Walter Pandiani

Entre 1998 y 2000, el “Rifle” demostró en Peñarol que era un goleador de raza. Luego jugó de forma casi ininterrumpida 13 temporadas en Europa, marcando nada menos que 129 tantos en total. En España dejó huella en el Deportivo La Coruña, Espanyol y Osasuna con goles a los clubes más poderosos del mundo. Por si fuera poco, también actuó con suceso en la Premier League (Birmingham). Una carrera por la que muchos pagarían. Sin embargo, su suerte en la Selección Uruguaya fue totalmente adversa. Se estrenó el 28 de marzo de 2001 ante Paraguay (0-1) en el Centenario por las Eliminatorias rumbo a Japón y Corea 2002. Jugó medio tiempo. Después, sobrevinieron amistosos ante Argentina en 2003 (2-2; 89´) y dos fatídicos partidos por Eliminatorias rumbo a Alemania 2006 (Venezuela 0-3 y Perú 1-3; en el primer caso ingresando desde el banco y, en el último, siendo titular y sustituido a los 62´). Esas derrotas sellaron la suerte de Carrasco como DT. Lo relevó Jorge Fossati, que contó con Pandiani para un amistoso clase “B” ante el Getafe. Jugó 35´ y se despidió definitivamente del seleccionado.

Gonzalo Castro

Zurdo, veloz, con notable pegada. Por esas cosas de la vida, las once temporadas en España a muy buen nivel (Mallorca, Real Sociedad y Málaga) apenas le valieron dos partidos en la Selección entre 2012 y 2013. Anteriormente, y jugando para Nacional, había disputado tres encuentros entre 2005 y 2006. Todos fueron amistosos. Apenas una titularidad y lo máximo que actuó fueron 45´ en tres cotejos. Un futbolista que, por condiciones, hubiese merecido algo más en el combinado.

AUTOR: PABLO VEROLI

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