A las risas… llegó a ser el mejor zaguero de América

Carlos “Carcajada” Correa

Con la franja negra, se consagró sub campeón uruguayo y con la celeste, fue dos veces campeón sudamericano. En su apogeo fue considerado el mejor zaguero de América.

Hijo de un músico que era gran animador del carnaval arachán, sin embargo, él agarró para el fútbol. Debutó siendo un adolescente en el Armiño melense, demostrando desde el comienzo, sus notables aptitudes, que despertaron el interés de varios clubes capitalinos.

Finalmente, llegó a Danubio recomendado por un amigo de Antonio Souto, por entonces vicepresidente del club. El ferrocarril le trajo de su Melo natal, allá por el año 1953, con las ansias de triunfar y con su clásica risa, que le bautizó para siempre.

“Carcajada” recordaba con emoción su llegada al conjunto de la Curva de Maroñas… “en la Estación Central me fue a esperar “Cholo” Sagastume, fuimos a buscar a otro tipazo como Juan Carlos Sueiro (histórico dirigente de la franja), me instalaron en una pensión de Av. 8 de Octubre y Villademoros, una sopita y al Parque Forno a practicar. El técnico era Alejandro Morales y jugaban grandes jugadores como Maceiras, Burgueño, Romero, Bentancor, mamma miaaaa….”

“Creo que anduve bien, porque enseguida me llevaron a la sede a arreglar todo. Así comenzó mi idilio con Danubio que aún dura y durará siempre. Entre las cosas que le agradezco, la primera sin dudar, es el amigo que me proporcionó Julio Bardanca, el mejor amigo que se puede encontrar en la vida”, afirmaba el zaguero.

De buen porte, no fallaba ningún cierre, era impasable en el mano a mano y por alto las despejaba todas, además de su enorme temperamento que agrandaba compañeros y achicaba rivales. Cuentan que apenas llegó, debido a su fortísimo remate, le creó un curioso problema al club… rompía las redes a pelotazos.

Su historia con la “franja negra” comienza a poco de su arribo, ya que una lesión del zaguero titular, lo catapultó al primer equipo para jugar junto con el “Tito” Argenti, el “coreano” Enríquez, “Coco” Delgado y “Pica” Lezcano. Y en la temporada siguiente, se consagra Sub Campeón Uruguayo de 1954 y un año después, pasea su permanente sonrisa por México, Honduras, Costa Rica, Colombia, Ecuador y Perú, en una extraordinaria gira danubiana de 18 partidos.

También, casi de inmediato a su desembarco en el fútbol montevideano, es convocado por Lorenzo Fernández, para vestir la “celeste”. Debuta frente al seleccionado argentino en Buenos Aires (empate en 3 goles) y además es pre-seleccionado para el Mundial de Suiza de 1954, pero quedó fuera del plantel definitivo. Obtuvo dos campeonatos sudamericanos, el “Extra” de 1956 disputado en Montevideo y el del año siguiente en Lima, donde fue considerado en forma unánime por la prensa especializada como el “mejor zaguero de América”. Además, en más de una oportunidad, fue distinguido para representar al combinado de América contra el de Resto del Mundo.

Sin embargo, nada lo cambió, continuó con la nobleza impregnada en su fútbol, siendo una bellísima persona y con la sonrisa pintada en el rostro.

“El sólo hecho de ponerse aquella camisa del Danubio, que era gruesa, le sacaba la sangre y me la llevaba para lavarla yo, era un orgullo. ¡Qué tiempos!

Perdía el cuadro y salía llorando de la cancha”, subrayaba Correa.

Luego de sufrir una grave lesión (doble fractura de tibia y peroné) jugando para la selección, continuó su carrera deportiva en el exterior. Defendió a Lanús, Tenerife, Murcia y Castellón, equipos que también supieron disfrutar de su fútbol, garra y lógicamente… de sus carcajadas.

2 thoughts on “A las risas… llegó a ser el mejor zaguero de América”

  1. Buenas tardes. Es la primera nota que leo en el sitio, ya que me llamó la atención el autor, con el cual compartimos el hecho de ser ambos trabajadores de UTE.
    Felicitaciones al compañero por este artículo y que vengan muchos más. A continuación seguiré descubriendo la web de AHIFU.
    Comparto mi sitio web donde escribo principalmente sobre el fútbol de selecciones
    https://bibliadelfutbolblog.wordpress.com/blog/
    Saludos, Roberto Brito.

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