Con el gol entre ceja y ceja…. Araquem De Melo

Fue de esos jugadores que no se olvidan. Un elegido que ha quedado por siempre ligado a la historia danubiana. Por ser el primer futbolista de Danubio en consagrarse como máximo goleador de un Campeonato Uruguayo de Primera división.

Don Juan Lazaroff, fue el encargado de traerlo de Brasil y recordaba el hecho así: “No fue fácil, no quería venir, había tenido una experiencia en Venezuela y no le habían cumplido con el pago. Estaba pescando entre las islas de Río de Janeiro y podría decirse que estaba casi retirado del fútbol. Pero le mencioné que venía desde Uruguay y que me lo había especialmente recomendado Ze Ze Moreira y cambió de parecer. Nos costó cinco mil dólares que era una platal para aquella época.”

Llegó sin mucho ruido, pero tras el lógico período de adaptación al nuevo medio, comenzó a demostrar sus excelentes condiciones técnicas y también a convertir goles realmente fabulosos consiguiendo despertar la atención de todos.

El físico grande y pesado parecía presagiar una dureza de cintura, que se desmentía apenas entraba en contacto con el esférico. Guapo, encarador, hábil hasta el lujo, con un remate de “chanfle” realmente incontenible. Un hombre de área difícil de contener, por su habilidad y fortaleza física. Además de tener el gol entre ceja y ceja.

Araquem  aseguraba “al principio me costó adaptarme…. me querían echar!!! pero luego me afirmé gracias a compañeros como Modernell, Douksas y Alcides Ghiggia”. Justamente sobre Ghiggia, comentó: “me emocionó jugar con él, por “la leyenda del 50”, que sufrí cuando era chico”.

Este brasileño, está en la historia no sólo del club de la franja sino del fútbol uruguayo pues fue autor de goles espectaculares, como aquel que le hizo a Racing desde la mitad de la cancha o el de chilena a Liverpool en Belvedere. Así como por anotar otros verdaderamente para la anécdota como “el gol sin zapato” que le convirtió a Nacional en el Estadio Centenario, que la prensa reflejó así: “A los 26 minutos del segundo tiempo se filtró el brasileño Araquem sobre el área de Nacional. Roberto Sosa atinó a salir justo cuando el tiro del danubiano partía hacia el arco. Pero todo parecía muy raro: salió la pelota despedida y se metió contra un palo, mientras el zapato del pie derecho de Araquem seguía sus pasos. El árbitro era Codesal y concedió el tanto, por lo demás perfectamente válido”.

Pero fundamentalmente, por consagrarse como máximo goleador del Campeonato Uruguayo de 1966, -con 12 tantos- siendo el primer futbolista danubiano en lograrlo y que recién se repitió con Ruben Da Silva en 1988, Ernesto Chevantón en 2000 y Cristián Stuani en 2007/08.

“Al final con Araquem hicimos un excelente negocio, primero lo prestamos a Rosario Central por un mes, en 10 mil dólares, pero no nos arreglamos con el precio de compra y entonces apareció Huracán, se lo prestamos por 6 meses y luego lo compraron, pagando en total 150 mil dólares”, reflexionaba Lazaroff.

Un formidable jugador que sigue presente en las retinas de los que tuvieron la fortuna de gritar sus goles, uno de los mejores extranjeros que vistieron la franja negra en toda la historia danubiana.

Trayectoria

Nació en Río de Janeiro, Brasil en 1944. Jugó en las juveniles y en Primera división de Vasco Da Gama, luego en el fútbol venezolano. En Danubio jugó en 1966 y 1967. Fue cedido a préstamo a Rosario Central (Argentina) y posteriormente fue transferido a Huracán (Argentina) donde tuvo muy buenas actuaciones a tal punto que en 1972 fue adquirido por Panathinaikos (Grecia) dejando también su “huella.” Araquem, fue el primer futbolista brasileño que jugó para ese club y aún continúa siendo el máximo goleador de los futbolistas brasileños; marcó 20 goles en 37 partidos. Se retiró en el club Atromitos, también de Grecia en el año 1975. Después de su retiro del fútbol, se radicó en Venezuela y fundó una escuela de fútbol. Falleció el 17 de octubre de 2001.

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