José Carlos Domínguez: “Se es dirigente para hacer feliz a la hinchada”

El aire primaveral de ese viernes de tardecita impregnaba el ambiente. Como todas las semanas, nos reuníamos en la casa de los funcionarios de la Cooperativa Magisterial para avanzar en el curso de técnico de periodismo de la Escuela de la Comunicación. Nuestro profesor Ramón Hernández tenía para esa día un invitado especial y nos encomendó que le preguntáramos de todo y sin tapujos. A los pocos instantes de sus instrucciones, sentimos el chirrido clásico de la puerta contra el viejo mármol desgastado del piso.  José Carlos Domínguez irrumpió en el salón, saludó cordialmente a los presentes y se sentó en una de las cabeceras de la extensa mesa. Venía preparado para responder todo y comenzó a hablar de forma inmediata. El ensayo de entrevista pactado de 45 minutos de duración culminó siendo una charla de 3 horas y pico. Domínguez había vuelto al ruedo político en 2017 y estaba en pleno mitin. Pero esa noche no fue a buscar votos porque ni siquiera nos preguntó si éramos votantes de Peñarol o aficionados del “tradicional adversario”. Él disfrutaba simplemente hablando de Peñarol. Así se concibió la siguiente entrevista que ofrezco como humilde recuerdo al entrañable José Carlos.

Imagen destacada: futbol.com.uy

“Se es dirigente para hacer feliz a la hinchada”

El histórico dirigente, comunicador e historiador peñarolense José Carlos Domínguez se sumó a la pugna electoral por el único cargo que le falta conquistar en su extensa trayectoria como político mirasol. Un nuevo desafío para el hombre que aportó mucho carbón a la locomotora de los grandes triunfos.

¿Por qué quiere ser presidente de Peñarol?

Porque quiero que vuelvan las cosas de antes que ya no están en Peñarol. Empecé en 1978 como dirigente y  fui campeón del mundo, dos veces campeón de América y gané el segundo quinquenio de oro. De 68 clásicos solo perdí 18. Cuando vas a buscar trabajo presentás un curriculum. A los demás candidatos los respeto y los quiero pero que presenten el suyo porque yo tengo el mío.

¿Peñarol perdió el clásico en la cancha de la política?

Hoy Nacional tiene a 2 dirigentes en la FIFA y nosotros ninguno. En la CONMEBOL, el fútbol uruguayo tiene varios veedores y Peñarol no tiene a nadie. En la época nuestra, los colegios de árbitros tenían 3 miembros políticos y dos técnicos y hoy es al revés. Con nosotros esto va a cambiar.

Los planteles del 82 y del 87 estuvieron compuestos en su mayoría por jugadores formados en el club. ¿Cuál es su opinión sobre el trabajo en divisiones formativas y en el ascenso de los jóvenes al primer equipo?

Peñarol era austero porque no es verdad que todo es dinero. Lo mejor estaba en la casa y nadie fabrica como Peñarol porque tenemos una cuna de campeones. Hoy en Las Acacias está lleno de contratistas. Alguno es necesario pero no vamos a trabajar para ellos sino que ellos lo van a hacer para nosotros.

En su plataforma electoral promete que volverán las asambleas generales de socios. ¿Por qué realiza un énfasis tan importante sobre estas  instancias?

Yo creo que la base de Peñarol- que hoy no tenemos- es la participación y la comunicación. Yo no creo en un Peñarol de arriba hacia abajo sino de abajo hacia arriba. Peñarol es sentimiento de pueblo. Perdimos las asambleas generales de socios en donde se trataba memoria y balance. Parece que a alguno le da miedo tener a los socios en frente preguntándole. A mí me encantaba porque sabía que pensaba el socio y porque la dirigencia le daba sus explicaciones.

¿”Las glorias del club” reciben el trato que se merecen por parte de la institución?

Lo primero que me enseñó Cataldi fue que las glorias se respetan. No podés mandar a tu gerente deportivo que fue back de Defensor a echar por teléfono a Bengoechea.

Usted fue desde la Comisión Directiva uno de los grandes gestores del 2º quinquenio de oro. ¿Fue más duro ganarlo dentro o fuera de la cancha?

Cuando ganamos el quinquenio nos “dieron como a Pirulo dentro de un gorro”. El Círculo de Periodistas Deportivos declaró persona no grata a Damiani y esto llevó a que todas las fuerzas de Peñarol se pusieran con Él. Y no solamente los jugadores o los dirigentes, sino hasta los más humildes. Yo vi a la cocinera en la reunión del Club Banco Comercial llorando y pidiendo “seamos leales al contador”. Tuvimos que enfrentar al diario El País que tituló “¿Quinquequé?” cuando perdimos con Defensor y se nos iba el campeonato. Quedamos muy solos y vivimos momentos muy difíciles. Escribí un libro llamado “Damiani verdad” y allí puse el día a día. Hay periodistas hasta el día de hoy que no me dan micrófono ni cámara. Es un problema de ellos.

¿Cuál es su valoración sobre el nivel actual del periodismo deportivo?

Yo los divido en dos. Los periodistas deportivos y los opinólogos. El Tony Pacheco cumplió 35 años y algunos periodistas empezaron a decir que estaba viejo. Y el que lo dijo capaz que tiene 70 años o más. No dejan crecer al botija que viene de abajo. Hay periodistas que son eternos, siempre son los mismos. Todo se ha envilecido por el dinero y te pueden hacer mentir.

Última edición de la histórica revista partidaria aurinegra

Hace cuatro décadas  que conduce diferentes producciones partidarias. ¿Se define como un auténtico periodista aurinegro?

No me considero un periodista. Soy un comunicador de Peñarol para su gente, nada más. Sentí la necesidad de comunicarme con los peñarolenses  cuando no había asumido la dirigencia. Es un mensaje de ida y vuelta entre la hinchada y el equipo.

¿Qué debe representar un equipo de Peñarol?

Cuando un equipo de Peñarol no representa lo que está en las tribunas no merece ser un equipo de Peñarol. El ingenio y la capacidad tienen que estar en la tribuna y en la cancha. Tiene que tener un pensador, un inteligente, un capitán, un jefe, un obrero y ser solidario. Si el jefe ve que falló el obrero, lo tiene que hacer él.

¿Tuvo que poner plata en Peñarol alguna vez?

No y tampoco la tengo. El Contador Damiani sí.

¿Por qué Peñarol es una religión?

Toda religión tiene  fe y misterios. Uno de ellos es que en Peñarol primero vinieron los colores-del ferrocarril-, después vino el nombre y luego, los 118 fundadores. ¿Cómo hicieron para entenderse si eran ingleses, italianos y hasta había un alemán? Y uno dijo emocionado “será eterno como el tiempo y florecerás en cada primavera” y quedó registrado en el acta. Ese es uno de los tantos misterios.

¿Cómo vivió la concreción del Campeón del Siglo (CdS)?

El Estadio Centenario es donde viví mis mayores alegrías de mi vida con Peñarol. Me encanta tener casa propia y en el CdS me siento muy bien sobretodo, cuando voy con mi nieta de 8 años.

Uno de los mayores obstáculos que debió superar la obra fue su emplazamiento. ¿Dónde hubiera construido el CdS si era dirigente?

Yo hubiera edificado en la cuna humilde cuidada por obreros de manos ásperas pero que cuando la acariciaban parecían de seda. Yo lo hubiera hecho en Peñarol

¿Güelfi, Cataldi o Damiani?

Nosotros tenemos un prócer que es Artigas y los subteneintes como Oribe, Rivera, Lavalleja. Yo soy güelfista porque fue el gran presidente de América. No hay otro más ganador que él. Tres veces campeón de América y dos del mundo. Campeón de campeones de América. 9 campeonatos uruguayos- entre los que se incluye el primer quinquenio de oro-  y 9 años y medio invictos frente a Nacional. Fue el presidente más joven de Peñarol y preguntó  si lo dejaban hacer a Peñarol en América lo que era el Real Madrid en Europa. Fue un poderoso industrial y terminó hipotecado. Y la noche que murió, nos dejó a Morena. Mi yingle “damos la vida por Peñarol” es en homenaje a Gastón porque él dio su vida.

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