Referente ineludible del Danubio de los años setenta. Factotum del equipo que logró la histórica primera clasificación danubiana a la Copa Libertadores. Con la “celeste” fue campeón en juveniles y mayores.
Por la potencia y velocidad con que subía por el andarivel derecho lo llegaron a bautizar… “Expreso Minuano”, en creativa comparación con el bus que aún hoy recorre el trayecto Montevideo – Minas.
Sus primeros contactos con la pelota los dio en la calle Cochabamba, donde jugaba con muchachos mayores que él, situación que engendró su apodo de “Chico”. Luego jugó en un equipo denominado Arbolito F.C. situado en Camino Maldonado y Osvaldo Cruz.
Su inolvidable pasaje por el club de la Curva de Maroñas, inició en el Parque Hugo Forno al que llegaba luego de una larga caminata desde su casa, que según sus palabras “acortaba camino pasando por los campos”.
Entre 1972 y 1973 se desempeñó como puntero derecho en Quinta División y cuando en el año 1974 integraba el plantel de Cuarta, llegó con sólo 16 años, al plantel principal de la mano del entrenador Carlos Silva Cabrera. Lógicamente, por su temple, no le costó demasiado adaptarse a jugar en Primera división.
Con la franja negra sobre el pecho, fue subcampeón por dos veces de la Liguilla en 1975 y 1977, logrando en la última, la ya mencionada clasificación a la Copa Libertadores de América de la edición de 1978.
En aquella Copa, jugó a gran nivel, en el difícil grupo que Danubio enfrentó a Peñarol y a los equipos colombianos de Deportivo Cali y Junior de Barranquilla. Fue el autor del primer gol danubiano en la historia de la Copa Libertadores.
Tras finalizar la temporada de 1978 y luego de defender a los de la franja durante seis años, fue transferido a Nacional, donde también brilló. Fue Campeón de América y de la Intercontinental.
Del conjunto franjeado, Moreira recuerda y destaca a varios de sus compañeros “jugué con Lorenzo Carrabs, Nil Chagas, Carlos Cabrera, Julio Noble, Popelka, el Chifle Falero, Eliseo Rivero, Héctor Roux, Manuel Keosseián, Comesaña… muchos de ellos se dedicaron a la dirección técnica”.
La casaca “celeste” no le fue esquiva. En 1977, Raúl Bentancor quien lo había dirigido en Danubio, fue designado como entrenador de la Selección Juvenil que se preparaba para el Sudamericano de la categoría. Bentancor quería convocarlo, pero como puntero derecho tenía a Alberto Bica y… Moreira recuerda así la situación: “Me preguntó si me animaba a jugar de lateral y yo le dije que con tal de ir a la selección jugaba de cualquier cosa. Nunca más volví a la punta”.
Con aquel plantel juvenil obtuvo, junto a los también danubianos: Víctor Duque y Eliseo Rivero, el Campeonato Sudamericano que se disputó en Venezuela en 1977. Aquel título, los depositó en el Mundial de la categoría jugado en Túnez, donde consiguieron el 4to. lugar.
Con la “mayor” disputó la Copa América de 1979, se coronó Campeón de Campeones en la Copa de Oro 1980, que se realizó en nuestro país y que albergó a las selecciones campeonas del mundo y participó de las Eliminatorias para el Mundial de España ‘82.
En 1984, se fue a Estados Unidos, donde se radicó definitivamente, para jugar al Indoor Soccer (una especie de fútbol de salón) desempeñándose durante varios años, con sólo un breve paréntesis en 1991, cuando integró el elenco de Tampa Bay Rowdies.
Por su coraje, adhesión y clase, José Hermes Moreira o simplemente el “Chico” es un ídolo eterno de todos los danubianos.